martes, 14 de marzo de 2023

HAY TANTOS CRISTOS ROTOS

 


En mi vida me he encontrado con muchos Cristos rotos,
a los que les faltan pedazos de vida para estar completos.
He podido vivir en ellos su corazón de dolor repleto,
ver lágrimas caer de sus desencajados rostros
mientras deambulan como ciegos sin rumbo cierto.
Son los parias de esta sociedad injusta, producto de desecho
que como basura los recogen en camiones siniestros,
y los vierten en barrios miseria y en cárceles inmundas,
o en manicomios ambulantes donde comen hambrientos
en los basureros, las sobras, las migajas de los harto satisfechos.
Y en ellos he visto entre harapos al Cristo sufriente siervo
colgado en la cruz de mil infortunios clamando al cielo
que perdone Dios Padre a sus victimarios ciegos,
porque no saben lo que hacen al condenar al marginado
a vivir en la tierra un injusto, cruel y salvaje infierno.
Qué egoísmo tan grande el que viven algunos,
acaparando todo lo que encuentren en el camino,
dejando al pobre famélico, por su misma hambre comido,
trazando un perverso muro donde no pasa pobre ninguno.
Por eso los ladrones del pueblo y los que trafican drogas,
los que mantienen estructuras injustas y engrosan fortunas,
los que siempre han crucificado al pobre y engordado a caudales,
se las verán con el Dios bueno y justo, el que les exigirá cuentas,
en un juicio donde se condenará al lobo salvaje,
al depredador que saqueó al indefenso además de ultrajarle.
No hay impunidad en el claro cielo donde aparecerá el Señor
rodeado de ángeles y en certero juicio leerá sentencia,
dejando en su sitio al voraz y sin escrúpulos sinvergüenza,
que dejó con base a leguleyas trampas sin pertenencia
al miserable que en la tierra agonizó en total tristeza.

Fuente: Libro CLAMOR ENTRE LLAMAS
Autor: Monseñor Romulo Emiliani c.m.f.

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