domingo, 14 de agosto de 2022

ERES EL VERBO ENCARNADO


Oh Jesús, yo te reconozco a ti como el Cristo,
el ungido de Dios, el enviado del Padre,
quien asumió toda la realidad creada
como el Verbo al encarnarte.
Todo era tuyo desde el inicio,
el sol y la tierra amada,
al igual que todo el Universo
porque el Padre en ti lo hizo.
Y todo tuvo un comienzo
y no tendrá un fin en su esencia,
ya que todo lo muerto será levantado.
Cuando el ser humano por tu misericordia sea resucitado,
Entonces la creación, por estar contenida en tu encarnación,
toda ella será transformada.
Las galaxias con sus billones de estrellas,
las constelaciones y agujeros negros,
los animales de todas las especies y los glaciales,
los montes y los anchos valles,
todo lo que sea y haya existido, será glorificado.
Y entonces vendrá la gran reconciliación,
purificación plena, y el oso jugará con el cabrito,
el león con el venado, las espadas serán arados,
las armas de fuego se convertirán en rosas,
los golpes demoledores en abrazos tiernos,
los llantos en risas, las llagas en luces de colores,
la sangre derramada en manantial de bendiciones
y el hambre en gozo satisfecho.
Y estaremos para siempre contemplando al Dios viviente
en eternidad de cielo, embebidos en un resplandor incandescente,
luz divina, la Trinidad santa en plenitud jamás imaginada,
que veremos cuando nos revistamos de gloria con cuerpo transfigurado
y podamos quedar para siempre embelesados, de la verdad
y la belleza, del Dios eterno y siempre nuevo,
salvados de la aniquilación del pecado,
gracias a la sangre vertida por el redentor crucificado.
Y veremos la Jerusalén bajada del cielo, la esposa del Cordero,
toda la ciudad celeste de oro puro verdadero,
con la base de su muralla toda ella de piedras preciosas
las más bellas y variadas, y sus doce puertas de perlas hermosas,
donde no habrá templo porque Dios mismo lo será,
ni luz del sol ni de la luna, porque la gloria de Dios la ilumina
y su lámpara es el Cordero. Y en verdad todo ojo lo verá.
Y allí no habrá noche, ni llanto ni lágrimas,
ni dolor alguno, y adorarán los inscritos en el libro de la vida
al Dios Padre, al Hijo y al Espíritu, unidos los bienaventurados
en un amor pleno y transfigurados.
Nunca olvidemos que hemos sido llamados,
con nuestro propio nombre, elegidos por el Señor,
para ser en la tierra anunciadores del Cristo muerto y resucitado,
el Dios encarnado,
en cualquier situación o circunstancia,
y que cuando venga la prueba y la persecución,
proclamar que Cristo es el Señor será señal de salvación.
Fuente: Libro CLAMOR ENTRE LLAMAS
Autor: Monseñor Romulo Emiliani c.m.f.

NO SEA UN TÍTERE DE NADIE



Una de las cosas que hacen los poderes del mundo y desde siempre es el de manipular a las personas para conseguir sus objetivos. Para eso usan la información tergiversada, generalmente para difamar o desprestigiar al enemigo, presentándolo como un monstruo, un peligro o amenaza para los demás. La información basada en la mentira siempre sugiere o afirma que lo que presenta el poder de turno es lo mejor. Que no hay otro mundo posible del que presenta quien tiene el poder. Confundir, tapar la realidad, presentar un mundo ficticio, impedir se descubran las cosas han sido técnicas de siempre.


Otra forma de manipular es a través del miedo. Creando inseguridad en cuanto a la libertad, pérdida de bienes o de la vida, el poder convertido en dictadura siempre está amenazando de muchas maneras, haciendo ver que tienen toda la capacidad para hundir, destruir a cualquiera. Hacen creer que conocen todo de los demás y que pueden acusar a cualquiera y condenarlo por conspiración o sublevación.


También otra forma de manipulación es llenar de bienes y privilegios a los que son serviles a un régimen dictatorial o inclusive a cualquier gobierno de turno. Esto prácticamente consiste en comprar conciencias para beneficio del que tiene el poder.


En el mundo hay poderes transnacionales que manejan información y bienes para manipular, ya sea para mantener una postura ideológica frente a algo, ya sea para consumir productos de manera casi irracional, o para cultivar miedos que impidan cambios. En el fondo tienden a uniformar mentalmente y en comportamientos a la humanidad.


Ante todo esto, veamos a Jesús. Nunca se dejó manipular por nadie. No cultivó miedos. Buscó la verdad siempre. Bueno, él era la verdad. No se dejó acomplejar por nadie. Nunca bajó la cabeza ante nadie. Ningún poder del mundo le hizo doblegar. Tenía a Dios padre como su Señor y al Reino como su meta en la tierra. Su misión era servir, salvar, hacernos hijos de Dios. Fue siempre libre ante los poderes reinantes. Vivió pobremente, sin apegos a nada ni a nadie. Se retiraba todos los días a orar, meditar, pensar. Buscaba el silencio. Mantenía su vida interior plena. Por eso su criterio era verdadero, objetivo, sereno, profundo, auténtico. Y compartía con sus amigos la verdad y los escuchaba. Sabía analizar los poderes del momento y ver en profundidad sus mentiras y malas intenciones.


Si lográramos imitar a Jesús en todo eso, nos permitiría no ser títeres de nadie. No dejaríamos se nos usara como instrumentos serviles para que otros consigan sus fines. Seríamos libres con un juicio crítico y sólido, capaces de generar respuestas a los problemas reales. Seríamos personas auténticas, gente pensante.


Monseñor Rómulo Emiliani c.m.f.

JOSÉ EDUARDO Y SU HIJO

Había intenso sol y el ambiente pesado en esa ciudad industrial y en un banco mucho movimiento y un ser malo y astuto vigilaba a dos hombres...