Vienen de la colonia, como hijos de españoles sin derecho a ocupar ilustres cargos, por no haber nacido en la Iberia, y por eso, más las causas justas, buscaron la independencia de nuestros pueblos sublevándose contra el imperio. Bolívar el más completo, arriesgado, entregado, el primero, el que más pensó en el pueblo esclavo, oprimido y maniatado, luchó con coraje y dejó su vida en pedazos en campos de guerra, exilios, enfermedades y traiciones, confiscados sus bienes y muriendo en Santa Marta pobre y abandonado.
Pero no todos fueron así. Al nacer las Repúblicas con guerras intestinas, sedientos de poder, como imperios de segunda, quisieron imitar al rey creando solapadamente monarquías familiares, usando la ley y los votos para enquistarse en sus tronos, presidencias vitalicias que pasarían a hijos y nietos, hermanos, primos, apoyados por milicias vendidas y políticos tracaleros, todos buscando su propio interés, mientras el pueblo permanecía atrasado y sin tener noticias del juego audaz y certero de familias aliadas para mantenerse en el poder.
Y luego se fueron emparentando y creando élites oligarcas, clase social de privilegiados de nobles sin títulos, estudiados sus hijos en países avanzados, formando empresas aliadas con el estado, negocios redondos acaparando tierras y cargos públicos y privados, sobresaliendo apellidos que con el tiempo se hicieron de alcurnia.Bendecidos como siempre por clérigos que vendieron bendiciones y ocuparon posiciones de altura por ser bien recomendados.
Y así los criollos formaron su casta y amasaron fortunas, despreciando a los pobres por ser indios o negros, campesinos o iletrados, atragantándose de bienes conseguidos con dudosas operaciones, lavando dinero, extendiendo sus grandes dominios, extirpando los bienes del pueblo y ocupando primeros puestos. En momentos crearon dictaduras y en eso superaron al imperio de los cuatro virreyes, teniendo en repúblicas dominadores de segunda, con ínfulas de reyes, falaces patriarcas que engañaban y explotaban a la gente con el poder de las armas.
Pero cuidado, no todos los criollos han sido así, ni mucho menos. Hemos tenido brillantes políticos, pensadores, escritores, abogados, militares, clérigos, médicos, ingenieros, campesinos y maestros, gente ilustre que se ha entregado al servicio del pueblo, y que son el orgullo de nuestra historia del mestizaje americano, y cuyos nombres han quedado grabados en el corazón nuestro. Y son muchos más que los otros que hemos mencionado, y que todos conocemos por su ejemplo heroico y valentía.
Pero está claro que sin Dios auténtico y en eso hemos faltado los clérigos, y sin principios profundos, aquellos criollos fueron un quiste enclavado en el corazón de nuestro pueblo, impidiendo el desarrollo reservado por el destino a nuestra América mestiza, donde hay tanta riqueza natural y humana, una misma fe y cultura, y gran entereza en el pueblo, que ha aguantado de todo esperando el trabajo fecundo de otros criollos, y de esos hay muchos, que han dado su vida por levantar a nuestra gente haciendo un nuevo mundo.
Bendito sea Dios, nosotros los criollos hijos de varias razas, nacimos en este continente dispuestos a levantarlo, y para eso nos comprometimos a no doblegarnos ante ningún poder y entregarnos en cuerpo y alma para hacer de esta tierra un vergel de paz, unidad y bonanza. Porque somos latinoamericanos y orgullosos de nuestra raza, combinación de sangre india, negra y europea, algo nuevo, que nació para ser alabanza de la gloria de Dios y defensa de este continente de esperanza, el nuevo mundo destinado por el Señor a impulsar a la humanidad por el camino recto y pleno.
Fuente: Libro CLAMOR ENTRE LLAMAS
Autor: Monseñor Romulo Emiliani c.m.f.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario