UN MENSAJE AL CORAZÓN es un Apostolado Evangelizador de la Iglesia Católica, con presencia en diferentes latitudes gracias a la difusión de los mensajes radiales y televisivos, así como los artículos en prensa, internet y redes sociales, todos son mensajes escritos al corazón por Monseñor Rómulo Emiliani c.m.f. BIENVENIDOS A NUESTRO BLOG! CON DIOS SOMOS INVENCIBLES!
sábado, 9 de abril de 2022
EL QUINTO EVANGELIO Y LA OCTAVA PALABRA
¿QUÉ VIÓ JESÚS CUANDO VINO?
¿Qué cómo encontró el Señor al mundo cuando vino? Lo vio con las mismas tendencias pecaminosas de hoy. Un afán por tener y poseer de todo y pasando por encima a los demás. Por eso las guerras para ampliar territorios conquistados. Luchas intestinas para lograr el poder. Pelear para ser el primero. Destacar por encima de todo. Un emperador era un semi dios. Una vanidad terrible que hacía llenarse las cortes de los imperios de una gran fastuosidad. Los lujos más impresionantes; joyas, vestidos y toda clase de adornos. Construcciones palaciegas las más grandes. Un desprecio por la vida, por lo que se justificaban todos los crímenes, sea por los dioses, por la seguridad de los imperios, por defender el honor supuestamente ultrajado, o porque impedían la expansión del poder. La vida no valía nada. Un crear, inventar divinidades que bendecían los imperios, que actuaban en favor de los reyes y emperadores. Una tendencia a sacralizar lugares como centros de manifestaciones de las divinidades y ocupados y protegidos por personas supuestamente escogidas para administrarlos. Un creer que la propia nación o reino era superior a las otras, inclusive creyendo que las divinidades las escogían como pueblos privilegiados. Un afán de venganza que justificaba toda clase de atropellos para saciar el odio contenido. Una tendencia muy pronunciada a callar la voz de la conciencia, del Espíritu que se manifiesta en todas partes y culturas, que recordaba que la vida es sagrada, que somos simples seres mortales, que todo pasa y nada queda, que la muerte llega, que hay que respetar los derechos de los demás, que hay que ser solidarios, misericordiosos, no acaparar lo que pertenece a otro. Que la paz es un gran valor.
Todo esto está escrito en nuestros corazones, porque fuimos creados por Dios. Desde nuestros primeros padres hay una ley impresa en nuestros corazones que es la del amor, porque estamos hechos a imagen y semejanza del Señor. Jesús se encuentra con este drama y comienza a evangelizar. Todo el Evangelio contiene las respuestas a los desórdenes humanos. Lo vemos en las Bienaventuranzas, el Padre nuestro, las parábolas, los múltiples consejos y mandatos que da. En su forma de vivir y actuar. En las curaciones y exorcismos. En la manera en que sufre el suplicio del juicio injusto, las torturas y en su pasión y muerte en Cruz. Toda su vida desde que nace en Belén hasta que muere y resucita es un mensaje para curar nuestras
enfermedades del alma.
Por eso el camino es de la imitación de Cristo, tanto en sus actitudes y comportamientos, y en el seguimiento de sus mandatos. Hacerlo es asegurarnos seguir el sendero de la salvación.
EL CAMINO HACIA EL INTERIOR DE UNO.
EL QUE ROBA AL PUEBLO
Aquél que roba al pueblo,
a la gente ocupando un puesto sin trabajar,
podría compararlo al delincuente
que a mano armada asalta
y arrebata a quien tiene la plata.
Porque el que de funcionario se disfraza
y va y dice que trabaja,
pero no hace nada y está nombrado
por ser familiar del que el poder tiene,
o es asesor del político dirigente
y va dos veces al mes al ministerio
y dice cuatro sandeces
con aires de sabihondo,
cobrando un gran sueldo,
se lo digo y repito, es tan delincuente
como el asaltante armado,
nada más que de cuello blanco,
y su arma es su inmoral nombramiento.
Hay muchas maneras de robar,
y todas son inmorales,
pero la picardía del que sin trabajar
cobra sin hacer nada,
y vive gastando dólares
viviendo como un rajá,
sinvergüenza ese papanatas,
preso debería estar,
junto a los que asaltan,
porque al final es lo mismo,
quitar lo que no les pertenece,
tener lo que no se merece.
Qué gran cinismo,
vagos exhibiendo bienes
adquiridos sin hacer nada.
SEÑOR, ESTAMOS EN COMUNICACIÓN CON TODO.
JOSÉ EDUARDO Y SU HIJO
Había intenso sol y el ambiente pesado en esa ciudad industrial y en un banco mucho movimiento y un ser malo y astuto vigilaba a dos hombres...
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