Que no muera la esperanza en ti, porque es el motor que mueve la historia, el impulso y la fuerza divina que está inmerso en todos los seres humanos, no importa su condición religiosa y cultural. No importa la época de la historia que le haya tocado estar a cualquier persona. Eso está inscrito en nuestro ADN, porque así nos creó el Señor. Al ser hechos a su imagen y semejanza, sabiendo que nuestro Dios es el de la esperanza plena, además de ser el amor absoluto, con poder y sabiduría eterna, llevamos en nuestro ser el deseo de la eternidad, de la plenitud total, del encuentro eterno con Dios. Ese deseo lo llevamos en el alma y nadie nos lo podrá borrar. Otra cosa es que confundamos el fin del deseo, y nos enredemos con los ídolos del mundo, que son de barro con apariencia de eternos, y creamos que nuestro deseo de trascendencia se encontró con su ideal, y caigamos en derrotas terribles a nivel humano, comunitario y hasta universal. Porque el final es siempre el mismo, frustración y gran tristeza, por el vació que deja la adoración de ídolos falsos.
La esperanza hace que la humanidad después de desgracias terribles como la devastación de dos guerras mundiales con más de 40 millones de muertos, la guerra civil española con un millón de fallecidos, y miles de guerras civiles e internacionales que se han dado en el mundo y que todavía hoy se padecen, crea en un mundo mejor y se levante. Tremenda desolación con ciudades enteras arrasadas, economías arruinadas, millones de muertos, y países derrotados y también los vencedores golpeados por la guerra, y aun así la humanidad decide, porque le nace de dentro, y es lo divino que está impreso en cada alma, levantarse, reconstruirse, empezar de nuevo. Y se logra la recuperación. Y así ha pasado siempre.
Después de aniquiladoras pestes que han azotado al mundo, los pueblos se levantan, las naciones “sacuden el polvo de sus miserias”, y logrando vencer las pandemias, se sigue adelante. Devastadores terremotos y tsunamis destructivos no han doblegado a la humanidad. Y a nivel personal igual. Personas que han sufrido enfermedades terribles, adicciones espantosas, desgracias familiares y económicas grandes, han creído que había un futuro mejor, y han luchado, han perseverado en su combate y han vencido. Es la esperanza, que es virtud teologal, que nos hace creer gracias a la virtud de la fe que hay salvación, hay eternidad, hay cielo, hay Dios que nos espera, y nos hace luchar día y noche por el reino de Dios. La esperanza es el mismo Dios en nosotros que nos impulsa a seguir adelante pase lo que pase.
Monseñor Rómulo Emiliani c.m.f.
Gracias por todos sus mensajes! Cuando era joven escuchaba su mensaje por Radio Estrella (Guatemala). Siempre esperaba la hora de su programa. Gracias por su mensaje alentador y llena del Espiritu de Dios!
ResponderBorrar