lunes, 10 de julio de 2017

SEÑOR, ¡AUMENTA NUESTRA FE!



Un cristiano que vive en oración, lee la Palabra, se alimenta con la Eucaristía y ama fraternalmente a su prójimo no necesita de apariciones para creer, porque su fe le permite "creer sin ver".  Esa persona no necesita "ver para creer" y su fe está firmemente arraigada dentro de sí. 

El Señor algunas veces permite apariciones de la Virgen para que aquellos cuya fe tambalea, vuelvan al camino del Señor.  Pero no es normal que el Señor o la Virgen María se aparezcan, porque con el Bautismo tenemos en el corazón el depósito activo de la fe, esperanza, caridad y amor.  Dentro de nuestra alma están estas virtudes funcionando, porque Dios vive inmerso en nosotros.  

Hay que tener mucho cuidado con eso y no andar desesperadamente buscando apariciones.   Si usted tiene fe y quiere ver al Señor, lo tiene vivo, real y presente en el sagrario del templo y lo encuentra también en la Palabra.  Si quiere ver a Cristo, mírelo en los niños pobres y desnutridos en los que está Jesús.  Si quiere ver a Dios, mire el lindo amanecer o atardecer, la luna llena, las flores, el verdor y todas las cosas maravillosas que creó Él para usted.  Esos son milagros continuos y piropos de un Dios que está enamorado de usted. 

Cada vez que una rosa abre sus pétalos, es el Dios maravilloso que le está diciendo que lo ama y le regala esa belleza para que la mire.  Las flores en realidad no son necesarias para la vida.  Necesa­rias son las verduras, legumbres y frutas, pero las flores no sirven para nada, porque usted ni siquiera se las puede comer.  En cambio sirven para todo lo que Dios quiere.  Dios creó las rosas y las demás flores para estar continuamente diciéndole que lo ama y le tiene preparado un cielo con un jardín eterno de gozo y esperanza viva en Él. 

Lo que parece innecesario, como un bello atardecer, es un toque divino, lindo y maravilloso que manda el Señor a cada rato para decirle que Él existe y lo ama.  No se puede sacar ningún provecho terrenal a un lindo atardecer.  Pero en otra onda o dimensión, es un mensaje de un Dios que es puro amor.  Si quiere ver apariciones, Él se aparece a cada momento de mil maneras y de mil formas le dice que lo ama. 

Si todos los días usted lee la Palabra de Dios, hace oración, ama al prójimo de verdad y contempla la belleza de Dios, estará escuchando y viendo a Dios y no necesitará de aparicio­nes.  Si usted contempla a fondo la sonrisa de un niño, la tierna y serena profundidad de una anciana - que puede ser su madre o su abuela -  que habla de cosas pasadas; pero que tiene una gran belleza interior, encontrará allí a Dios.  ¡No necesita apariciones, sino una fe más viva! 

¿Cuál es su problema?  Cualquiera que sea, no le voy a aconsejar como hacen los mentirosos embaucadores que dicen llamarse profesores, quienes en sus programas de radio promueven tal amuleto, talismán o baño para conseguir el favor que necesita.  Esas son mentiras y engaños producto de las tinieblas.  Esas personas están exprimiendo el bolsillo de mucha gente y usando su dolor y su miedo para manipular­los.  No caiga en esa trampa de las tinieblas.  Superstición y hechicería, ¡nunca! 

Si usted considera que la solución de su problema es casi imposible, piense qué es lo que el Señor querría.  Pues lo que el Señor quiera es lo que usted debe pedir.  Si la dificultad es que su hijo tiene problema de drogas, la voluntad de Dios es verlo libre de eso.  Pues haga oración profunda, intensa y constante, con ese don que Dios le ha dado, para visualizar a su hijo y su problema.  Véalo como Dios quisiera que fuera y lo verá libre de drogas, activo,  dinámico, sonriente, alegre y feliz. Usted tiene que visualizarlo así, desear intensa­mente que deje la droga y que logre estar en mejores condicio­nes.  Póngalo en oración diaria, intensa y constante y Dios actuará a través suyo para llegar a su hijo.  De que ese muchacho cambia, cambia.  La esperanza suya, viva e intensa, alimentada con la fe, hará el milagro. 

Los milagros de Dios no han cesado.  Cristo hizo milagros hace 20 siglos y hoy también tiene el mismo poder para hacer milagros.  Muchas veces, cuando Jesús hacía un milagro decía: "Hágase según tu fe".  Ahora lo que el Señor espera es que los canales, que somos nosotros mismos, se pongan a funcionar.  Si usted activa su fe, verá que con el tiempo Dios hará el milagro a través suyo.  Recuerde que Dios lo puede todo y CON ÉL, USTED SERÁ ¡INVENCIBLE! 


Monseñor Rómulo Emiliani, c.m.f.

1 comentario:

  1. Lucas 1:37
    "Porque no hay nada imposible para Dios."

    -Eso demuestra que para Dios todo es posible.

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